sábado, 3 de diciembre de 2011

Diarioblog desde Sierra Nevada. Día 1.

Hacía mucho tiempo que no volvía por mi blog. Demasiado. Pero como, visto lo visto, no se ha echado de menos ni se ha notado, tampoco me siento tan mal.

Lo que me ha hecho volver a él es darle un sentido de diario intimo (no porque lo sea, sino porque seré prácticamente el único que lo lea.. ;D) de este viaje a Granada.

Llegué anoche, con el cambio de día, y nada más llegar conecté el ordenador para dar señales de vida y dejar claro que todo había transcurrido con normalidad. También para informarme de horarios de autobuses y demás.

Al final dejé algunas cosas para esta mañana, porque el cansancio me podía, y hoy, ya recuperado, retomé la tarea informativa. Con todo preparado, me acerqué hasta la estación de autobuses y emprendí la subida a Sierra Nevada.

La verdad es que, como muestra la imagen, el recibimiento no pudo ser más descorazonador...

Así que con mi pequeña G12 en el bolsillo de la chaqueta, encaminé mis pasos a la oficina de la escuela europea de esquí y snowboard, de quienes debo decir que, si algo sale mal, no tendrán ninguna culpa, porque desde que conctacté con ellos todo han sido facilidades, curiosidad primero, entusiasmo después, y un afán participativo que se agradece muchísimo, sobre todo cuando uno empieza.

La "entrevista" fue sobre ruedas, así que mañana será el gran día. Me esperan muchas horas de trabajo, nieve, diversión, y buen rollo. Creo que, con todos esos ingredientes, es muy poco probable que algo salga mal.

Decidí quedarme un rato para familiarizarme con la zona, así que estuve como hora y media paseando entre las tiendas (pocas) escuelas y empresas de alquiler y venta de equipos (todas las del mundo) y cafeterías de la estación, haciendo tiempo a la salida del siguiente bus que me trajese de vuelta a Granada.

Y, quizá como pequeña recompensa a esa paciencia, el sol decidió salir a pasear un rato y mostrarme lo que puede llegar a ser Sierra Nevada. Y como pequeña despedida, un atardecer de esos que te dejan con la boca abierta.



Al bajar en el autocar, me di cuenta de la influencia que puede llegar a tener la montaña en las personas. Y es que, en la primera curva de derecha, que deja una especie de mirador haciendo que desde el interior del autobús todos los ocupantes viésemos la estación, absolutamente TODOS miramos hacia la montaña, sin querer, unos por la diversión vívida y otros por la que les/nos espera, despedirnos de ella.

Mañana será otro día. Espero que productivo.

2 comentarios:

  1. Bueno, parece que la cosa pinta bien, muy bien.

    Por cierto, estás muy equivocado en eso de que sólo lees esto tú y que no se ha echado de menos.

    A disfrutar. Este año vas a tener un regalo de cumpleaños inmejorable. Pasar el día haciendo las cosas que más te gustan. ¡¡Bien por ti!!

    Besitos,

    Rocío ;-)

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  2. Vaya, siento la confusión, muchas gracias por el seguimiento y los comentarios!!!

    Parece que sí, que este año mi cumple se presenta con un grandísimo regalo. Ahora toca estar a la altura y disfrutarlo como se merece.

    Besos!!

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